Great Expectations

A si,

Hoy llevé mi humanidad a la oficina de mi director de tesis, pobre hombre...
Lidiar conmigo ha sido una odisea....
Ya digo que voy, pongo fecha y hora y aparezco 4 meses después, así, como cuatro veces...
Claro, no tengo excusas, y he de decir (con cinismo y todo) que me voy a convertir en Maestra en Ciencias casi casi en contra de mi voluntad y sólo por darle gusto a él, si, a él, que ha tenido la peciencia del universo conmigo.

Decía, que no tengo excusas, pero creo que (ajam, a pesar de no tener excusas, sigo teniendo creencias), creo que he postergado tanto este momento, porque siempre mi Top era la escuela, si, me gustaba (y me gusta) saberlo todo, así que me aterraba no estar al nivel de las expectativas de mi director, y es que la verdad son muy buenos en lo que hacen...

Y entonces, razono que he crecido con Grandes Expectativas sobre mi persona, y las había logrado una a una, hasta que tomé voluntad de mis actos y, y bueno, casi abandono un proyecto en el que se ha invertido bastante trabajo, tiempo y sobre todo dinero.

Y casi, casi lograba escaparme de esas grandes expectativas, pero si de todas formas este tren va a arrollarme, mejor me le trepo.

Venga el estrés

Podría quejarme del estrés

y decir que he tenido unos días infernales

el trabajo brota del suelo en esa oficina

Pero disfruto el efecto que el estrés produce en mi

puedo maldecir al arcoiris pero se me pinta una sonrisa boba con los clips de colores.

Me vuelvo sarcástica

y hago bromas que sólo a mi me hacen gracia.

Y sobre todo,

por alguna extraña razón,

el estrés me pone lujuriosa.

Así que... un poco de estrés, no viene mal.

Quiero alcanzarte

Quiero alcanzarte en espacio y en cantidad, alcanzarte para tenerte cerca y para serte suficiente.

En este momento no sé que deseo más, si meterme en tu sofá o en tu cama.

Quiero alcanzarte pero no tengo entereza para abrir mi jaulita y salir a la calle sin importarme todo lo que quede detrás.

Quisiera alcanzarte, en espacio y en cantidad.

Quisiera tenerte en el límite de las yemas de mis dedos, suficientemente cerca para exhalar y envolverte. Para mordisquearte, para no ser princesa, para no ser tuya, para ser únicamente tu amante. Así, sin más equipaje.

Quisiera alcanzarte para que me fueras suficiente.

Para que no me atormenten las noches y los días con ganas de sudar en pleno invierno.

Ya basta de palabras, quiero alcanzarte para sentir esa paz que trae el liberar tanto deseo, la paz de mecerme en tu desnudez.

Paliativos para la tristeza

Me han enfermado el corazón las cosas que mi mente decide.

Las compras, lo bonito, las conversaciones, el vino…. Todos han resultado ser únicamente “paliativos” que desinfectan sólo la superficie de esta gangrena de tristeza provocada por una sobredosis de miedo.

Miedo a no tomar decisiones para siempre. Este maldito roba-vidas que he visto cómo destruye historias que “hubieran podido ser maravillosas”, esta maldita enfermedad que se me ha contagiado de no sé dónde, la he pescado de igual forma en que se pesca una gripe.

Lo que este Sr. Miedo no sabe, es que a veces, me doy el lujo de ser débil, pero no soy cobarde y sus días en mi cuerpo e s t á n c…o… n… t… a… d… o… s.

P.D. No nací para tristear.