Paliativos para la tristeza
Me han enfermado el corazón las cosas que mi mente decide.
Las compras, lo bonito, las conversaciones, el vino…. Todos han resultado ser únicamente “paliativos” que desinfectan sólo la superficie de esta gangrena de tristeza provocada por una sobredosis de miedo.
Miedo a no tomar decisiones para siempre. Este maldito roba-vidas que he visto cómo destruye historias que “hubieran podido ser maravillosas”, esta maldita enfermedad que se me ha contagiado de no sé dónde, la he pescado de igual forma en que se pesca una gripe.
Lo que este Sr. Miedo no sabe, es que a veces, me doy el lujo de ser débil, pero no soy cobarde y sus días en mi cuerpo e s t á n c…o… n… t… a… d… o… s.
P.D. No nací para tristear.
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