Puta reputa reputacion

De pie, en el silencio de mis muros protectores, medí el precio de la libertad... Después del desgarro y del autoencuentro, después de adjudicarme la libertad de viajar, la libertad de mi cuerpo, de mi voluntad; regreso y me encuentro con mi enorme pedazo de soledad esperándome. Hoy he decidido ser la EVA que siempre debió ser...

lunes, agosto 22, 2005

¿Angel?


Si, soy independiente, liberal, sin prejuicios, a veces fuerte a veces un diente de león.

Pero llegaste, ya no fui yo la que se acercó a ti con el corazón roto y te lo puso en la mano para ver si lo acariciabas o lo aplastabas más…

Ahora fuiste tú, papá, quien vino hacia mi, y traías en tu maleta aquella tarjeta que te regalé hace 13 años un día del padre, cuando era mucho más niña que ahora, en la que hice un dibujo y la adorné con estambre, la que decía que eras mi ángel, un ángel que Dios me había regalado para cuidarme, me la mostraste y me preguntaste si me acordaba de ella, por supuesto que la recordé, lo que me sorprendió es que tú, tan despistado, distante a veces, viajaras con ella.

Así es, llegaste y me tendiste la mano y con el amor más puro y nítido que pueda existir me dijiste: hija sólo vine para saber que estabas bien, te extrañaba.

Y te despediste de mi con una conversación que jamás hubiera esperado escuchar de tus labios, haciéndome sentir tan adulta y a la vez, todavía tu pequeña.

2 Comments:

At agosto 23, 2005, Blogger Ana Lucía said...

Pequeños detalles importantes que marcan la diferencia.
Y el amargo olvido nunca existió.
Las lágrimas se extinguieron dando paso a inmensas sonrisas.

 
At agosto 23, 2005, Anonymous Anónimo said...

son los pequeños detalles los que nunca se olvidan, uno no recuerda dias ni fechas, solo momentos.
Me ha encantado. besazos

 

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