Cuando las cosas arden

Cuando el líquido hirviendo se derramó en mi pecho, sentí dolor…
Cuando vi que las lesiones eran cada vez más desagradables y no sabía exactamente que pasaba, sentí angustia…
Cuando me di cuenta de que no contaba con tu confianza, eso si me partió la madre…
Y lo demás era lo de menos…
Una llamada desde el hospital, y una respuesta: “hablamos después”… me quedé paralizada frente al cristal, quise llorar, derrumbarme… y por dentro lo hice… me desmoroné, cuando pude recuperar un poquito de cordura di media vuelta y caminé a la sala de curaciones.
Hay dolores que se salen de proporción, y desgraciadamente no son dolores físicos.
Cuando vi que las lesiones eran cada vez más desagradables y no sabía exactamente que pasaba, sentí angustia…
Cuando me di cuenta de que no contaba con tu confianza, eso si me partió la madre…
Y lo demás era lo de menos…
Una llamada desde el hospital, y una respuesta: “hablamos después”… me quedé paralizada frente al cristal, quise llorar, derrumbarme… y por dentro lo hice… me desmoroné, cuando pude recuperar un poquito de cordura di media vuelta y caminé a la sala de curaciones.
Hay dolores que se salen de proporción, y desgraciadamente no son dolores físicos.
1 Comments:
Em..
Conozco esos dolores.
Pero ya sabes, mañana sale el sol y el mundo vuelve a girar en torno a la melodía de los pájaros.
Estoy volviendo a los versos.
Ya sabes por donde pasar si quieres.
Beso.
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