Consecuente

Todo lo hecho tiene consecuencias, pero no todos somos consecuentes a nuestros actos.

Es fácil culpar a otros de partirte el alma, tal cosa no existe, es simplemente la consecuencia de haberse entregado. Ser consecuente con los hechos es admitir que te has arriesgado y es aventarte al ruedo con tu 3% de probabilidades y disfrutarlo y ser consecuente cuando llegas a casa, cierras la puerta y sólo quedan tú, tus hechos y la forma de afrontarlos.